El alma y la vida.
Déjale la puerta abierta,
escucha tu cuerpo y tu alma, me decías.
Te están esperando
día a día,
quieren darte un regalo
para toda la vida.
Es un trabajo árduo,
tienes que estar atenta
para que no entren
los raptores
del alma y de la vida.
Quiero seguir la senda que me enseñaste
aquella tarde
que yo abrí la puerta
de tu » escuela».

Semari

«Mil Gracias Ana. Seguiré con las manos entrelazadas.»

«El Principio» por Arantxa